Mi otoño tenía su nombre.

Pareces más grande del otro lado de la pantalla, cuando nadie te ve, cuando nadie te escucha, cuando puedes ser o hacer lo que tú quieras. 

Pareces tan fuerte cuando nadie te conoce, cuando te miran caminar y nadie se acerca. 

Pareces tan dura y fría a lo lejos, luces tan misteriosa al otro lado del lago. 

Pero cuando estás frente a mi, eres tan pequeña, tan frágil, y tan linda. 

Tus  ojos lucen como los de una niña pequeña, inocente y libre de toda maldad. 

¿Por qué los escondes tras esos cristales? ¿Por qué te escondes siempre tras tus palabras?

Será tal vez que a través de ellas puedes comunicar libremente lo que sientes, sin temor a ser juzgada. 

Siempre se que eres tú porque te imagino diciendo cada palabra que escribes, ellas siempre te delatan, tu voz, hasta tu risa, no podría escucharlas en boca de alguien más  porque no me  harían sentir lo mismo, no me harían sentir nada. 

La forma en la que escribes es tan tuya, le das siempre el toque, les impregnas tu fragancia y no solo tu fragancia, sino tu esencia a cada verso que escribes, y queda plasmada en cada hoja, en cada texto en cada palabra que escribes, que pronuncias....