Las notas duelen,
se inscriben como miles de agujas dibujando sobre la piel,
se sienten como golpes en el estómago
y como navajas en la garganta.
El agujero en el estómago ha vuelto y es real.
Me está consumiendo poco a poco.
Siento como mi ser se lo va tragando la oscuridad
hasta encontrarme otra vez en la nada.
Ese lugar al que creí jamás volver.
Y siento como mi cuerpo se va deshaciendo a pedazos,
me agarro con fuerzas la piel y es solo arena que se disuelve entre mis dedos,
me veo deshacerme, me voy haciendo polvo
y nuevamente desaparezco arrastrada por el viento.
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